El buey conoce a su dueño,y el asno el pesebre de su señor…mi pueblo no tiene conocimiento.Isaías 1:3.(Los hombres) se envanecieron en sus razonamientos,y su necio corazón fue entenebrecido.Profesando ser sabios, se hicieron necios.Romanos 1:21-22.
“Los sabios… aborrecieron la palabra del Señor”(Jeremías 8:9)
La inteligencia humana domina a la perfección ciertos ámbitos pero desconoce otros: El hombre natural no percibe las cosas que son del Espíritu de Dios, porque para él son locura, y no las puede entender, porque se han de discernir espiritualmente (1 Corintios 2:14). En el tiempo de Jesús, los escribas y fariseos representaban la élite intelectual de la época, pero no entendían nada de la enseñanza de Jesús, quien se lo hizo notar a Nicodemo, maestro de la ley y miembro del concilio: ¿Eres tú maestro de Israel, y no sabes esto? (Juan 3:10). El hombre no quiere escuchar a Dios. Toda su historia da testimonio de ello. Pero a pesar de todo, Dios sigue hablando. Formula la pregunta: ¿Quiero yo la muerte del impío?… ¿No vivirá, si se apartare de sus caminos? (Ezequiel 18:23). Él quiere que todos los hombres sean salvos (1 Timoteo 2:4); por eso puso la salvación al alcance de los más sencillos, como dijo el Señor Jesús: Te alabo, Padre, Señor del cielo y de la tierra, porque escondiste estas cosas de los sabios y de los entendidos, y las revelaste a los niños (Mateo 11:25). Y el apóstol Pablo escribió: Ya que… el mundo no conoció a Dios mediante la sabiduría, agradó a Dios salvar a los creyentes por la locura de la predicación (1 Corintios 1:21).
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